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Jueves 27 de Febrero de 2020

Profanación y Robo en el Cementerio

No hay nada más indignante a la esencia humana el hecho de abusar de quien no puede defenderse y éste es el caso de un difunto al que desconocidos le profanaron su tumba en un nicho del cementerio municipal y le robaron una placa de bronce.


En las últimas horas una familia de apellido Blanco se acercó hasta la redacción de este medio con instantaneas y expusieron indignados e impotentes la situación, luego de que desconocidos violentaron una pequeña puerta exhibidora en el nicho donde descansan los restos de un familiar difunto.

Más allá de la violencia perpetrada contra la pequeña puerta de aluminio y vidrio, los malvivientes se alzaron con una placa de bronce en la que sus deudos le identificaban y manifestaban sus afectos.

Conocida esta situación se supo de autoridades municipales se constituyeron en el predio del camposanto para conocer el caso, ya que no es la primera vez que ocurren profanaciones, y que en algún momento llegaron a desaparecer restos humanos que aparecieron en el otrora basural a cielo abierto donde los cirujas jugaban al balompie con los cráneos.

Si bien a prima facie pareciera un caso aislado, quienes estamos de un buen tiempo cubriendo el acontecer de nuestra ciudad, con inusual frecuencia suceden estos hechos. Alguna vez fueron iconoclastas que aprovechando la oscuraridad de la noche y el descuido ingresaron al predio y rompieron cuantas cruces pudieron; otras veces fueron candelabros, placas y manijas de sarcófagos de bronce; y otras veces ornamentaciones fúnebres del mismo material que agiornaban los panteones, lo que obligó a muchos deudos a quitarlos y llevarlos a sus domicilios.

Sin lugar a dudas, más allá de lo que parece un simple actuar de un vulgar malandra, no podemos pasar por alto el patrimonio que existe en el camposanto curuzucuateño y por lo que habría que velar con mayor agudeza.

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