Estos esfuerzos no sólo nos permiten entender nuestro pasado, sino que también sirven como base para construir un futuro más sólido, con un profundo sentido de identidad y pertenencia. En este contexto, es crucial resaltar el trabajo realizado por ciudadanos comprometidos con la preservación del patrimonio cultural de Curuzú Cuatiá, una ciudad que, a través de diversas iniciativas, busca mantener vivas las huellas de su rica historia.
Una de las contribuciones más recientes a la memoria histórica de la ciudad es la donación de un valioso conjunto de documentos y mapas, que datan de finales del siglo XIX y principios del XX, realizada por Silvia Iturriaga. Esta donación ha sido recibida con gran orgullo por la comunidad curuzucuateña, especialmente por las autoridades municipales y culturales que han trabajado incansablemente por preservar este legado. Virginia Aguirre Talamona, directora de Cultura y Turismo de Curuzú Cuatiá, expresó con entusiasmo la importancia de este gesto: "La ciudad celebra con gran orgullo esta donación, que se convierte en un testimonio invaluable de nuestra historia local".
El conjunto de documentos, que incluye títulos de propiedad de la familia Iturriaga y de otras familias de Curuzú, es una pieza clave para entender las transacciones inmobiliarias y el desarrollo urbano de la ciudad a lo largo de los años. Estos registros no sólo permiten conocer aspectos de la vida cotidiana en épocas pasadas, sino que también ilustran cómo la ciudad ha evolucionado desde sus orígenes hasta convertirse en lo que es hoy. Además, la calidad de conservación de estos materiales es excepcional, lo que permitirá a los visitantes del Museo de la Ciudad "Francisco Candia" apreciar la historia de Curuzú con claridad y detalle.
La entrega de estos documentos no ha sido sólo una acción de agradecimiento, sino también un acto de responsabilidad histórica. Silvia Iturriaga, al no contar con parientes directos en la localidad, decidió donar estos materiales para asegurar su resguardo y evitar que se perdieran con el paso del tiempo. Su decisión resalta el compromiso con la memoria colectiva de la ciudad, mostrando cómo la historia de una comunidad puede perdurar gracias a la voluntad de individuos que sienten un profundo amor por su tierra. Este gesto de generosidad y conciencia histórica es digno de reconocimiento, pues asegura que las futuras generaciones tengan acceso a las huellas de su pasado.
El Museo de la Ciudad, a través de la Asociación Artística y Cultural (Acyac), será el encargado de albergar y preservar este tesoro histórico. Norma Bernárdez de García, presidenta de Acyac, y Mario Pérez Raffaelli, miembro de la comisión, han sido fundamentales en el trabajo de conservación de estos materiales. La Acyac, además de custodiar estos documentos, tiene la responsabilidad de ofrecer un espacio adecuado para su exhibición, lo que permitirá que los habitantes de Curuzú Cuatiá, así como los turistas y estudiosos, puedan acceder a ellos y profundizar en el conocimiento de la historia local. Para la Acyac, esta donación no sólo enriquece las colecciones del museo, sino que también fortalece el sentido de identidad de la comunidad, conectando a los ciudadanos con sus raíces y promoviendo un mayor aprecio por su patrimonio.
Este acto de donación y conservación es una clara muestra de cómo el rescate de la historia de una ciudad no depende únicamente de las instituciones gubernamentales, sino también de la acción comprometida de los ciudadanos que, con amor y responsabilidad, entienden la importancia de preservar lo que nos ha sido legado. Gracias a iniciativas como esta, Curuzú Cuatiá continúa fortaleciendo su identidad y proyectándose hacia el futuro con un profundo respeto por su pasado.
La historia de Curuzú Cuatiá es rica y compleja, y esta reciente donación no sólo será una adición invaluable al patrimonio histórico de la ciudad, sino también una puerta abierta para aquellos interesados en conocer más sobre sus orígenes. De este modo, la memoria histórica se convierte en un puente que conecta a las generaciones presentes con el pasado, asegurando que el legado de Curuzú perdure para siempre.
Es fundamental que, tanto los ciudadanos como las autoridades, sigan trabajando en conjunto para continuar rescatando, preservando y compartiendo la historia de la ciudad. Sólo a través de estos esfuerzos podremos mantener viva la memoria colectiva, y así garantizar que las futuras generaciones conozcan y valoren el patrimonio cultural que define a Curuzú Cuatiá.